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RECETA DESTACADA

Confitería Ruiz

La historia de un pasado dulce nos hace viajar hasta Villanueva de la Jara, en la provincia de Cuenca. El lugar donde los antepasados chocolateros de nuestro protagonista tenían su propia fábrica. Raíces que se asientan en la tierra y, aun sin saberlo, transmiten su savia a futuras generaciones. Y así se presenta Virgilio Ruiz Palacios, quien con esta azucarada herencia funda en 1951 su confitería. Hombre emprendedor que rompió moldes introduciendo en la ciudad el primer horno eléctrico y vendiendo los primeros yogures que se veían en la zona. Persona trabajadora y con iniciativa que siempre colaboró con pasteleros de todo el país para avanzar juntos y en armonía.

La confitería Ruiz se encuentra en la actualidad en Cuenca capital, en la zona nueva de la ciudad y a un paso de todo, con acceso sencillo tanto en coche, como en autobús o, lo mejor, a pie. Una tienda que también es cafetería, lo que permite degustar sus pasteles allí mismo. Las tres hijas de Virgilio regentan a día de hoy el negocio. Su obsesión está clara, mantener el altísimo nivel que alcanzó su padre cuidando a sus trabajadores como si fuera su propia familia. De tal manera que el pastelero jefe lleva la friolera de 44 años en la casa. Ferias, cursos, demostraciones, todo es poco para que estén contentos, formados y puedan dar lo mejor de sí.

En sus cocinas, la tradición es la que manda. Productos siempre artesanales y todo de fabricación propia. Materias primas impecables, precisión y calidad para lograr que las mejores recetas se conviertan en una realidad. Las pastas son una de sus especialidades. Las de toda la vida. Con frutos secos, chocolate, fresa, guindas y, por encima de todas las florentinas, esas delicadas galletas de almendra que nunca cansan.

Otro de los destacados de la Confitería Ruiz son las tartas en todas sus versiones. De frutas, nata, yema, chocolate, crema… y la Azabache, que aquí llaman Reina y que es su preferida. Y nadie puede perderse el alajú, ese dulce típico de la región que se elabora con una masa a base de almendras, especias y miel cubierta por dos obleas. Una maravilla de esas que nunca debemos dejar que desaparezcan. Tampoco faltan las rosquillas de yema, bollería de todo tipo y los dulces de temporada que van desde los roscones de reyes, pasando por las torrijas, los buñuelos o los mazapanes. Esa pastelería de siempre y eterna.

Confitería Ruiz
C/ Carretería, 14

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